¿Por qué la mayordomía nos llama a dar? Es claro, nuestra parroquia y otras organizaciones benéficas necesitan nuestro apoyo financiero para llevar a cabo los diferentes ministerios, pagar las facturas, el personal y mucho más. Sin embargo, ¿consideramos alguna vez nuestra necesidad de dar? Los Evangelios están llenos de historias sobre dar, porque nuestro Padre Celestial quiere enseñarnos a ser buenos administradores de los tesoros que tan generosamente nos ha confiado. La parábola de los talentos (Mt 25,14-30), la contribución de la viuda pobre (Mc 12,41-44) y el buen samaritano (Lucas 10,29-37) son sólo algunos ejemplos de historias sobre la administración. En el Evangelio de San Mateo, incluso nos dice "Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Mt 6,21). Es curioso, a todos nos gusta hablar de las cosas más cercanas a nuestro corazón, pero parece que nunca hay un buen momento para pedir dinero. Un hombre sabio dijo una vez: "Nunca hay un buen momento para pedir dinero, pero nunca hay un mal momento para pedir a alguien que forme parte de algo bueno". Ser un buen administrador de nuestra parroquia y de nuestra organización benéfica favorita es intrínsecamente bueno. La mayordomía no consiste en dar a una necesidad, sino que se trata de nuestra necesidad de dar. Necesitamos dar porque nuestro Padre Celestial nos llama a ser buenos administradores y a vivir una vida centrada en Cristo. Muchas historias bíblicas muestran ejemplos de la decepción de Jesús cuando somos codiciosos, perezosos o egoístas. Sin embargo, Él se alegra cuando seguimos su ejemplo de generosidad con todos los dones que tan espléndidamente nos confió. Tenemos que dar porque es bueno y agradable a Dios. Al final, ¿no queremos todos que nuestro Señor nos diga "Bien hecho, mi buen y fiel servidor. Ya que fuiste fiel en lo pequeño, te daré grandes responsabilidades. Ven, comparte la alegría de tu amo". - Mateo 25:21 - Shannon Roh es la Directora Ejecutiva de la Oficina de Desarrollo y Mayordomía de la Arquidiócesis de Mobile.