Durante mi segundo año como profesora de educación religiosa, la clase de sexto grado se reunía los domingos por la noche. Una vez, en la noche del domingo inmediatamente después del Miércoles de Ceniza, una alumna me preguntó: "¿Qué pasa si ya has comido lo que has dejado para la Cuaresma?" Al parecer, había renunciado al chocolate, pero lo había olvidado. Me reí y le dije que no debía comer más chocolate durante el resto de la Cuaresma. A veces podemos cometer un error durante la Cuaresma y esto puede llevarnos a abandonar lo que habíamos empezado. Esta mentalidad también puede llevarnos a evitar los desafíos durante la Cuaresma porque puede ser demasiado difícil.
Cuando era joven, siempre soñaba con viajar a Irlanda. De joven adulto, mi padre y yo hacíamos planes para viajar juntos. Mientras planeábamos, descubrí una peregrinación a Lough Derg, llamada también el Purgatorio de San Patricio. La peregrinación se realiza en una isla del norte de la República de Irlanda. Son tres días de ayuno y oración. Pensé que sería una gran oportunidad espiritual para mí, así que lo incluí en los planes. Mi padre me dejaría y me recogería en tres días.
Cuando llegamos a Irlanda, nos dirigimos a un hospedaje con desayuno que estaba muy cerca al punto de llegada de la peregrinación. La peregrinación comienza con la Vigilia, que consiste en 24 horas de oración vigilante para mantenerse despierto. Sabiendo que estaría despierto por lo menos 24 horas seguidas, me acosté temprano la noche anterior a mi llegada para el inicio de la peregrinación. Con la anticipación y la ansiedad, no podía dormir. Mientras estaba en la cama totalmente despierto, los pensamientos de que no podía hacer el peregrinaje entraban en mi mente de manera continua. Estaba dispuesto a rendirme e irme con mi padre por el norte de Irlanda en lugar de ir a la peregrinación. A ese punto, habría sido muy fácil abandonar el plan antes de empezarlo. Aquella noche tuve que hacer un profundo examen de conciencia. Me comprometí a pasar tres días sin saber realmente lo que iba a suceder. Pronto me daría cuenta al mirar el calendario de esta peregrinación, ¡cuán diferente era de la realidad del viaje!
Cuando llegas a la isla, lo primero que haces es poner todas tus cosas en la cama. Esto incluye tus zapatos. Como es tierra sagrada, no es permitido usar zapatos. Después de poner todo en la habitación, el peregrino debe finalizar tres estaciones de oración en el exterior antes de que le sea permitido tomar una comida sencilla. Las oraciones de las estaciones se hacen en lechos de oración penitencial que consisten en rocas y datan del siglo IX. En mi primer día, salió el sol y hacía calor. Las estaciones de oración hacen hincapié en arrodillarse y caminar. Había que arrodillarse mucho sobre las rocas y eso era muy difícil. Me costó mucho llevar a término las estaciones de oración, pero me motivaron los otros peregrinos y continué a pesar de la incomodidad de mis rodillas cada vez que lo hacía.
Después de terminar las tres primeras estaciones de oración, entré para tomar una comida sencilla. La comida sencilla consiste en té/café (sin leche ni azúcar), pan de trigo seco y tostadas, y tortas de avena. Es la única comida del día y voy a estar despierto toda la noche, así que es una comida muy importante. Mientras comía, empezó a llover en la isla. Después de comer, me senté en el interior para ver la lluvia. Era muy difícil mantenerse despierto. La noche iba a ser muy larga.
¡Continuará el próximo mes!
- Tex Phelps es el Director de la Oficina de Pastoral Juvenil y de Jóvenes Adultos de la Arquidiócesis de Mobile. Se le puede enviar un correo electrónico a [email protected].
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